ardientes ojos y arenas movedizas,
batidas por la brisa llegaban tus señales,
indicios en tus ojos, pisadas de humo,
humo que ni la humedad mitiga.
El círculo anhelante de lisonja anuncia el juicio final
manos miserables tensan hacia extremos opuestos,
dos cuerdas paralelas se resisten a ser atrapadas,
tu funcionario pusilánime y yo en la puta calle,
desempleada como proxeneta de tus besos.
No veo un mojón.
No veo un mojón.
Sonando... AGAIN
Sobran esquinas en mi laberinto...
ResponderEliminarTe quiero... me encanta tu nuevo blog.
Besos, peque mía.
Me too. Love u vampi.
ResponderEliminar¿Quien le pone puertas al campo? ¿Tu te atreves?
Besos